Se registraron 155 muertos y 7151 nuevos contagios en la última jornada
Los casos totales confirmados desde el comienzo de la pandemia son 2.015.496. Los fallecimientos acumulan 50.029. Las camas de terapia intensiva están ocupadas en un 54,6 por ciento a nivel nacional y en un 59,8 por ciento en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
A 11 meses del primer fallecido argentino en el país, el 7 de marzo del 2020, Argentina superó los 50.000 muertos por coronavirus. Llegó a 50.029 fallecidos después de los nuevos 155 decesos reportados en la última jornada.
Se convirtió así en el 13° país del mundo en pasar esa cifra en números absolutos, sólo superado por Brasil y México en Sudamérica. El ranking mundial lo lidera Estados Unidos con 475.291 fallecidos.
Pero debido a los distintos tamaños de sus poblaciones, el indicador que mejor expresa el impacto letal de la pandemia es la tasa de mortalidad, que refleja los fallecidos por COVID-19 por cada millón de habitantes. Argentina tiene al día de hoy 1.123 fallecidos por millón de habitantes y se ubica en el puesto 22° a nivel global, en una lista de 150 países que superan esa base poblacional, según el ranking que actualiza diariamente la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
En cantidad de fallecidos por cada millón de habitantes, Argentina se ubica en la posición 22 sobre 150 países
Con la segunda ola del coronavirus en Europa, el ranking de víctimas fatales en relación a su población lo lideran Bélgica, Eslovenia y Reino Unido, en ese orden, con entre 1.700 y 1.900 muertos por cada millón de habitantes.
En el continente americano, la mortalidad por millón de habitantes de Argentina (1.123) está por debajo de la de México (1.373), la de Perú (1.346), Panamá (1.340), Colombia (1.143) y Brasil (1.128). En este país, la semana pasada hubo un colapso sanitario con tres días seguidos con más de 1.200 fallecimientos diarios por COVID-19.
Según la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Nacional del Sur (UNS) Valentina Viego, “en Latinoamérica, la asincronicidad de los primeros máximos de la pandemia contrasta con la simultaneidad del segundo pico, ocurrido a fines de 2020, con el advenimiento de las festividades de fin de año y la extensión de un clima social esperanzado por la aprobación de vacunas. En Brasil, además, se agravó por la aparición y diseminación de nuevas variantes en Manaos y San Pablo, más contagiosas que las anteriores”.
No obstante, los distintos países tienen diferentes poblaciones de adultos mayores, que es uno de los grupos más vulnerables. Es decir, el riesgo de morir por COVID-19 no se agota en el cálculo de cuántos muertos hay por cada 100.000 o cada millón de habitante. Esta es apenas una aproximación. Se requeriría un estudio más profundo, interpolando los datos censales con los sanitarios que o no están actualizados y/o no están disponibles.
Pero la mortalidad no es el único indicador a tener en cuenta. También la letalidad permite comparar lo que sucede en Argentina respecto de otros países, luego de casi 11 meses de que se dictó la primera cuarentena el 20 de marzo de 2020.
Este indicador –que mide la cantidad de muertos con relación a los casos detectados con COVID-19– en Argentina se mantiene relativamente estable desde el comienzo de la pandemia, en el orden del 2,5%. Esto significa que de cada 100 contagiados, mueren entre 2 y 3 personas.
El valor ubica a nuestro país en el puesto número 44 en la lista de 150 países, lejos de México (9%) y Ecuador (6%) en la región, pero por encima de Estados Unidos y Francia, ambos con 2%. España e Italia tienen valores similares a los de Argentina: 2% y 3% respectivamente.
Argentina se ubica en el puesto número 44 en la tasa de letalidad, que mide fallecidos en relación a los casos detectados, en una lista de 150 países
Con este valor podría decirse que, hasta ahora, el sistema sanitario respondió bien; es decir, no ocurrió (hasta ahora) el temido colapso del esquema hospitalario, salvo casos puntuales en que las unidades de terapia intensiva se vieron desbordadas. Y las autoridades siguen sosteniendo que los indicadores de mortalidad no fueron mayores justamente porque el sistema sanitario no colapsó.
Debido a los retrasos en la carga de datos a la plataforma en línea que maneja el gobierno nacional, el gráfico superior se realizó considerando la fecha real del fallecimiento y no de la notificación
Desde el 9 de octubre –cuando se dio el pico de 515 fallecimientos– y hasta principios de noviembre, el promedio de muertos notificados para los últimos siete días rondaba los 360 diarios.
Según el último parte del Ministerio de Salud de la Nación, que renovó su diseño, el promedio semanal de fallecimientos es de 149 muertos cada 24 horas. Se considera el promedio para los últimos siete días por las demoras en la carga en el sistema de los decesos, que deriva en una menor cantidad informada, por ejemplo, los fines de semana. En el último parte se informó una cantidad ligeramente superior, de 155 muertos en una jornada.
Sobre el total de muertes por coronavirus en Argentina, siguen siendo más hombres que mujeres: 56% contra 40% mujeres. En un 4% de los casos no hay datos del género del fallecido.
Jóvenes con menor letalidad
La cantidad de fallecidos diarios no aumentó con el rebrote del verano, porque en lo que muchos llaman la “segunda ola” se observó una baja en la edad de afectados en relación a la primera ola con su pico en octubre pasado.
Si bien los jóvenes son los que menos respetan las normas de prevención –como el distanciamiento social y uso del barbijo aun al aire libre– y suelen ser los que rompen la burbuja de su familia al tener mayor intercambio con otros grupos, no aumentan el consumo de camas críticas o de internación, porque la letalidad en este segmento etario es baja. Pero si se infectan, aunque con síntomas más leves, igual pueden contagiar a un adulto o un adulto mayor, con menos defensas contra el virus.
En Argentina –al igual que en lo que sucede en el mundo– la franja etaria más comprometida es la de los mayores de 60 años de edad. El 84% de los fallecidos tenía más de 60. El 13% tenía entre 40 y 59 años; el 2% entre 20 y 39 años; y solo el 1% resultó menor de edad.
Ocupación de camas de terapia
En el AMBA, por ejemplo, el 1 de septiembre pasado, el porcentaje de camas UTI ocupadas rozó el 70%, pero progresivamente y a ritmo lento, fue descendiendo hasta ubicarse en el 59,8% del día de ayer.
A nivel nacional el porcentaje es algo menor, del orden del 54,6%, y ha mostrado un ligero ascenso desde el pasado 28 de diciembre en que se llegó al valor más bajo desde agosto, con 52,6% de ocupación de camas de cuidados intensivos.
En el distrito porteño, la ocupación de camas UTI en hospitales públicos descendió a mediados del último mes del año a su nivel más bajo desde julio –21%–, pero luego comenzó a subir hasta ubicarse ahora en el 28%.
Del total de muertes por coronavirus informadas a la fecha por el Ministerio de Salud de la Nación, el 51% residía en la provincia de Buenos Aires; el 12% en el distrito porteño; y el resto en las demás provincias.
Analizando por distrito, la Ciudad de Buenos Aires tiene el peor valor en mortalidad por el COVID-19: 2.032 fallecidos por cada millón de habitantes. Con menores valores se posicionan Tierra del Fuego (1.983); Río Negro (1.489), Santa Cruz (1.466); y Buenos Aires (1.447). Con cifras por debajo del centenar se ubican Catamarca, Misiones y Formosa.
En cuanto a la letalidad –fallecidos en relación a los casos detectados–, Jujuy está en el tope, con 5 muertos por cada 100.000 confirmados. Le siguen Salta y La Rioja con 4; Buenos Aires, CABA y Chaco con 3, con valores más cercanos a la media nacional que es de 2,5%. El resto de las provincias se ubican por debajo.
Fuente: Infobae
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